Roboterapia con gato robot

Cada mañana, en nuestro hogar, el día comienza con saludos, charlas y momentos compartidos. Pero hay alguien que siempre consigue sacar sonrisas en cuanto aparece: nuestro gato robot. Este tiernx compañerx se ha convertido en parte de nuestra rutina, ofreciendo compañía y alegría a quienes lo necesitan. A lo largo del día, el gato robot pasa de mano en mano, acurrucándose en los regazos de nuestrxs residentes. Algunos disfrutan acariciándolo y sintiendo cómo 'ronronea' suavemente, mientras que otros le hablan, recordando anécdotas de los gatos que tuvieron en su juventud. Es un momento especial, donde la nostalgia se mezcla con la tranquilidad de tener a un amigo siempre dispuesto a escuchar. En nuestras sesiones de roboterapia, observamos cómo su presencia transforma el ambiente: personas que suelen estar más reservadas comienzan a interactuar, los gestos se suavizan y las emociones fluyen con naturalidad. Quienes sufren de Alzheimer o demencia encuentran en él un estímulo que les reconforta, ayudándoles a conectar con su entorno. Pero más allá de las sesiones, el gato robot se ha convertido en uno más del centro. En la sala de estar, alguien siempre lo tiene cerca, acariciándolo mientras comparte una conversación. No necesita cuidados ni preocupaciones, solo estar ahí, ofreciendo su ternura incondicional. Para nosotros, no es solo un robot, es un pequeño milagro diario que nos recuerda la importancia del cariño, la compañía y los momentos de calma. Si quieres conocer más sobre cómo vivimos la roboterapia en nuestro centro, ¡ven a visitarnos y descubre la magia de nuestro gato robot!